lugar: "Hestia & Bacco"
ubicación: Avenida Isidoro del Solar N° 177.
especialidad: Restaurant and Sparkling Place.
daños per cápita: $15.000 (Aprox)
La entrada de hoy debió llamarse "Cada Paris Hilton tiene su Canitrot".
Ustedes saben que todo ser pudiente no puede sobrevivir sin su fiel, leal y agobiante amigo cafiche. El weon que no llega a fin de mes tranquilo y que decide que es interesante acordarse de pinchar a su mecenas cuando el billete no abunda para manjares.
Porque el amigo cacho te come. Y te come bien y, generalmente te escribe blogs de comida. En esta cumbia, se entiende, la amiga canitrot del 90% de mi gente, soy yo.
Pues resulta que hace un par de semanas, mientras las ganas de comer alguna delicia se apoderaban de mi, el vistazo a mi cuenta rut fue un golpe directo en mis ausentes testículos... Tras meditar una fracción de segundo, porque mi radar gástrico es vivo como el hambre, recordé a mi Paris Hilton particular, sujeto de todo mi amor, quien solidarizó conmigo y me invitó a almorzar, ese miércoles aciago.
Como me dió a elegir a mi, y soy cafiche y con perso, le dije que mi conjunto de piel sintética y aro perla de cuneta hervía por pasear en el Hestia & Bacco. Este lugar, vino a establecerse sobre las cenizas de un lúgubre sucucho carretero que tenía que desaparecer por selección natural, y me ha devuelto la fe en la cocina pituca talquina pues, sepa usted amable lector que, desde siempre he sido enemiga del potifruncismo gastronómico. Me despierta el espíritu asesino esa siutiquería de las "espumas de limón de persia adobado con aromas del horizonte estelar", y estos señores logran cocinar pituco pero weno.
Obvio en este lugar todo reposa sobre piso flotante, la vajilla vibra limpia sobre sobrias mesas y entre paredes claritas como el agua.
Vamos a lo que nos convoca. Como soy tímida la verdad me fijé harto poco en el precio. Pero, valga la advertencia que con menos de veinte lucas por nuca muy tranquilo no anda. Previa aprobación de mi regente, elegí solo con mi estómago como guía.
De entrante, los garzones, que te atienden como de a doce, te tratan como a la reina de Inglaterra y te aman como si te conocieran de toda la vida, me llevaron una tablita de cortesía con panes varios y salsas para el aperitivo que, la verdad sea dicha, no me sorprendió.
Demasiado corriente, muy poco elaborado y creo que está bien para cualquier otro lugar pero que deberían tentarnos en ella con cosas nuevas, para atreverse a aprobar las cosas de nombre raro de la carta.
Tras mi frustrada -por fome- pasada por el aperitivo, me llevaron el fondo. "gnocci sobre ragú de ternera asada al carmenere". Al verlo, no sabia si el plato era para tres o el lavatorio que me pusieron delante era solo para mi. En lo visualsss, la presentación exquisita -pese a lo magnánimo de la porción- hacía que la montaña de pasta, no resultara intimidante.
Me chanté con comodidad el piquero en los gnoccis y en verdad no pude parar de comer. Hasta el último. La pasta, ahí... Piolita pero sobria. He comido gnoccis mejores en mi casa, se les pasó un poco el punto, pero el ragú, léanme bien...Dios señor mío de mi corazón puro. Nunca jamás en la vida había comido una carne tan bien cocinada... da para enmarcarlo...suave, condimentado perfecto -lo que a esta altura me garantiza cero acidez, muchas gracias- y el queso exacto arriba.
De postre, no pedí nada... Ya me había comido como doce Lucas y seré patuda pero aun tengo algo de decencia...y obvio, no quieres perder la mano tampoco.
Resumen final, si tiene mecenas o se la están joteando y quiere la verdadera prueba de amor. Que la inviten...es un desembolso justo. Pa almorzar a diario, París Hilton, Leo Farkas y Piñera lo tratarían de picada. Para nosotros, huelga decir que es el Gran Premio después de largas jornadas de "donaría su vuelto a la fundación Lorena rivera".
Un abrazo a todos los amigos pudientes.
Aguante Compadre Moncho.
Somos legión.