UBICACIÓN: 2 Oriente 1339 .Talca
DAÑOS: $ 15.000 p/p.
ESPECIALIDAD: Comida chilena.
-Mi amor, creo que estás obsesionado con el futbol, le dedicas mucho tiempo y a mi me haces falta.-
-¡¿Falta?! ¡¿Que falta, profe?! si ni siquiera la he tocado!!!-
Muy buenas y apetitosas tardes mis queridos regordetes adictos al cucharón. Nueva semana, nueva lectura. Escuchemos todos, queridos hermanos.
Sabido es que este cuerpo de un metro sesenta y poco centímetros de arauco profundo y una indeterminada cantidad de kilos ganados a punta de choripán, se retuerce de miedo y dolor al pensar en tener que hacer deporte. Por lo mismo, es paradojal que al mayor número de eventos al que he sido convidada en los últimos días haya sido a ver espectáculos deportivos.
No significa esto que haya ido a Roland Garros ni al Polo, porque bien obvio es que lo que me corresponde socialmente no es ni más ni menos que la pichanga post oficina. Subdeporte ninguneado por los taquilla runners o los hipster montañeros, en el que uno resulta ser testigo de la mejor justicia que el yisus -agáchate semana santa- pudo poner sobre la tierra que viene siendo el poder gritonear, sacar la madre y patear al jefe en su presencia, con premeditación, alevosía y ensañamiento, sin tener que volver humillado a rogar para que le paguen el finiquito completo. Lo que me ha llevado a plantearme que quizás, si hubiera podido agarrar a pelotazos a la Deisler en la oficina de las Culturas, en esa estaríamos de mejores amigas tejiendo a crochet, aunque pensándolo bien no, porque resulta que ahora la echaron a ella -justicia divina, diría Julito- y es lo único tiempo mejor que me parece de los tiempos mejores, fin.
La verdad es que me gusta harto que jueguen, porque desde mi tribuna a orillas de la jaula me puedo tomar una cerveza y sin concurso ni sorteos adherirme a la parte más mágica de este after office. El tercer tiempo. Sagrada institución deportiva, más antigua que la rayuela corta y causante de veintisiete mil doscientos miles de divorcios según estadística 2012 del INE. Convoca a todos los valientes que arriesgaron cuatro infartos y siete accidentes vasculares al tirarse a jugar como quinceañeros con los hábitos regulares de deporte y vida sana que mantienen - porque obvio ellos creen que pedir lechuga pa acompañar el lomo con papas fritas y tener todo el día la tele prendida dele que suene con el foxsport cuenta como entrenamiento... - y también a las shiquillas que llegamos como barra, pero que obviamente estamos ahí solo pa tomar fotos y pegarnos a las cervezas o parrilladas que los campeones usan para recuperar el cuerpo. Porque macho chileno que se precie, encuentra que es de débiles tomar gatorade después del deporte y que para recuperar electrolitos no hay como la pilsen y un par de derbys al lado de la cancha.
Esta semana, ese tercer tiempo tuvo menos convocatoria, y obvio, yo pese a que ni me aparecí en el partido me pegué igual. Convengamos que a las 10 de la noche tenía más hambre que el náufrago así que preparé mis tenedores y me fui volando a la Quinta la Chanchá, donde había estado un par de veces antes y que me tenía convencida con las colaciones de semana que son de campeonato.
Pese a que la Planeta históricamente me había hablado pestes de la cocina de este lugar, porque entiendo que alguna vez trabajó por ahí; no me quedaba tan claro crucificarlo sin conocerlo. Más aun si es un lugar tan cerca de los headquarters y aparte, tan arregladito. Porque ahí todo tiene detalle, y por tatita DioR que me encanta eso; la junta de chanchitos, de platos, del escudo del arbo canpión, las mesas con portaservilletas de mi vaso favorito que tengo en la casa, etc.
Con los garzones, he tenido experiencias dispares; desde la niña que nos atendió anoche y que parece que estaba ocupada en otra cosa porque poco y nada nos pescó, hasta un campeón que había el otro día que cachaba más de vinos que de oxígeno y nos mandó super guasqueados pa la casa después de hacernos probar vinos bacanos y explicarnos todo lo que un borracho ilustrado necesita saber para que no digan que uno anda tomando por puro tomar.
La carta, precisa. La hoja uno me cargó entera porque era musha cosa marina pero la dos...era una oda a la carne. Ahí aparece plateada, mechada, entrañas, lomo y chanchito...acompañados con una serie de cosas ricas -pure de zapallo y papa; arroz; ensaladas verdes; chilena etc.- , excepto una mezcla con mote que hacen que me revienta; lo demás....furiosamente weno. Como andábamos de felices los cuatro, pudimos probar al menos tres platos. El baradit y su padre se fueron por entrañas y plateada; por supuesto yo también le di mi voto de confianza a la plateadita con papas salteadas -como todos los creativos de la mesa- por su lado, escribano se pidió trucha con ensalada...(facepalm)
Como no hay abogado que no lo diga, sobre los platos, hay que distinguir. La plateada, esta vez no me gustó tanto, la encontré sin el atributo principal que busco en ella que es que se deshaga con el tenedor. Me imagino que tenemos diferencias de criterios con el chef, así que pa la otra le pido que considere que tengo los dientes de adorno y que me gusta blanda nivel se me acabó el corega. La entraña. BRUTAL. Punto perfecto, rica de sal, acompañada con berros... Baradit, le achuntaste. de no haber sido porque andabai con tu papá, cara de tranca te asalto y me quedo con tu plato.
Del pecado del escribano no diré nada porque una cuestión con ese color no la iba a probar nica, pero, puedo decir que se la comió toda cotito y que la ensalada la arregló con jalapeño y cebolla en escabeche, rogándole a nuestro señor porque no haya tenido úlcera y con ese bombazo se nos despache. (claro que esta semana no sería tanto, porque el domingo viene el cover de la resurrection así que aun hay patria, ciudadanos).
No hubo postre; el vino del aperitivo que nos recomendó la garzona estaba planito...pero con el tinto que eligieron los deportistas, se arregló con honores el panorama. Evidente nos fuimos de bajativo a la casa del anfitrión, porque obvio no era suficiente bolsear solo la comida y le bajamos todo lo que tenía en su bar.
Pero eso es otra historia y será contada en otra ocasión, solo diré que hasta de karaoke doméstico nos fuimos!
Agáchate semana santa.
No se olviden del día mundial del chocolate. Besitos y a todos los liños los quiero musho.
Quinta la chanchá, 4 jumbitos solo por lo durazno de la plateada y porque los platos se veían todos iguales; decididamente para recomendar! un lugar con tantos detalles obvio tiene full de amor.
Letra chica. Confieso que me robé la foto del principio y que les robé un Suny a la salida!
Letra chica. Confieso que me robé la foto del principio y que les robé un Suny a la salida!





