miércoles, 11 de abril de 2018

PARRILLANDO





RESTAURANT CORRAL VICTORIA 
Camino a San Clamente. Km. 11
Carnes a las Brasas
$ 16.000 p/p App.


 RESTAURANT CAUPOLICÁN
Camino a Pencahue Ruta K-60, sitio 38.
Carnes a las brasas
$ 12.000 p/p App.






¿Cual es tu plato favorito? y ¿Por qué?...
El hondo, porque le cabe más comida.




Muy buenas tardes mis queridos gorditos como les va? espero que todos de la mano disfrutando de chocolate caliente con churros y sopaipillas con pebre, que son mi ocupación principal de los días lluviosos.  Espero también que ningún creativo esté paveando con una dieta a esta altura; porque me veo en la obligación de avisarle que en estos meses podemos esconder los rollos cómodamente tras los abrigos y bueno, la moda de la shaleca ansha nunca pasa y debajo de ella, caben kilos y kilos de roscas con azúcar flor y papas recién fritas que nunca están de más cuando tienes al cielo llorando por esta desgracia llamada frío. 

Les contaré que esta semana no escogí yo el lugar porque como el Escribano y el Ares seguían en su disputa tamaña de "quien sabe más" se las dieron de promotores de una fecha y Escribano ganó el quien vive y me propuso que hiciéramos un comparativo entre parrilladas; una que se condijera con el carácter de picada y la otra que fuera más restaurante. Ares, picota como es, nos dijo que el elegía el lugar ya que el otro había ordenado el tema y yo, la verdad me quedé calladita porque a fin de cuentas era puro ganar ganar porque pasar el fin de semana comiendo asao era el mejor panorama desde que me gané los dos tickets para el tenedor libre del Ventura...

Así, enfilamos el sábado los cuatro, tras realizar nuestro juramento y formar la cofradía de los chunchules. Tomamos rumbo oriente con el Ares de guía y no bien pasado huilquilemu cual GPS de esquizofrénico con un grito le agarró el volante al escribano y nos obligó a virar en U en el camino internacional. Obvio no tenía idea de donde nos llevaba en esa maniobra terminamos entrando a un lugar que parecia haras y que se llamaba "Corral Victoria". Y yo ahí quedé de una pieza, el Ares, niño símbolo de la Camila Vallejos, que me agarra pal webeo 10 de cada 7 días por burguesa y que se palabrea a cualquiera que haga una apología al PS porque lo considera un partido de derecha, nos lleva a un haras pituco cual querencia y más encima diciéndonos que era picada... obvio que nos dio ataque de risa y mientras el aleteaba tratando de explicar sus motivos el escribano no se fijo que el camino no era el que el pensaba y que estábamos entrando EN AUTO, A TRAVÉS DE UN PRADO y que una cosa como altar con mantel no es estacionamiento, y menos si ve a una señora de blanco y un caballero de humita; end of story terminamos con el auto metido en medio de un matrimonio, con ataque de risa y obvio humillados buscando la reversa. 

Pasado el escándalo, decidimos que lo mejor era asumir y quedarnos ahí mismo, pero en el lado del restaurante, total, el creativo nos había dicho que era picada...JA! wn...los manteles, eran como lino de Laura Ashley, las mesas perfectas, preciosas...sillas decapadas en blanco, piso encerado; todo maravilloso y elegante y precioso con lo que más vergüenza nos dio haber dado el tremendo jugo y llegar más encima con los zapatos todos entierrados y con las patas enredadas en cinta blanca y flores de casorio ajeno.

Revisamos la carta, y obvio, elegimos parrillada; para 3 y éramos 4 orcos hambrientos, pedimos la que tenía chunchules, de platacheros que somos. Traía lomo, chanchito, pollo, chunchules, longas y prietas; además de papas. El escribano, con esa idea que tiene de que comer lechuga le quita calorías a los cuatro panes y medio con pebre que se manda promedio por comida, se pidió una ensalada argentina... lechuga, cebolla y tomate, aliñada con vinagre, Cristo lo perdone; todo engalanado de la viña de la casa que resultó ser un manjarcito de dioses, pese a que la señorita que nos atendió nos infló menos que recepcionista de consultorio. 

La carne, estaba rica; los chunchules, no tanto, estaban medio blandengues y me da la impresión que necesito siempre se preparen a la parrilla rebozados en harina tostada, lo que les da crocancia y un doradito increible que los transforma en esa joya que nos peleábamos de chicos en el campo de mis tatas porque somos muy elegantes; las prietas no las probé, porque de barnabas collins no gracias, soy demasiado poco sexy como para dármelas de vampiro. En síntesis, es una parrillada sabrosa, de muy buen porte, pero me esperaba más. Como vuelta de tuerca, el postre...dulce de nueces vale la pena por si mismo para ir a comer allá. Nivel de delicia: devuélvete que te pasaste... una crema de nueces, con crema de la otra y azúcar para poner de buen genio y convertir en Ghandi incluso al peleador del Ares, nos nubló tanto el juicio que el Baradit me mandó las fotos porque a mi se me olvidó incluso a lo que había ido. Terminamos todo con un café y partimos de vuelta a Talca para la segunda patita.

El domingo, día del Señor, peregrinamos hacia el otro lado del mundo y con rumbo poniente nos fuimos al Caupolicán, conocido  por su capacidad de conquistar corazones de orcos. Nos pedimos una parrillada de campo, que era para 2 pero alcanzó comodamente para 3 con doggy bag para los regalones incluida. Lomo, cerdo, pollito, chunchules, longas y papas. Aquí, hablamos de niveles de campeonato. La carne, punto perfecto, aliñada -porque era la mezcla campesina- un platito con ají verde y estábamos como piara de chanchitos en el barro con tenedor libre de afrecho. Me detendré un momento en los chunchules...sobre los que diré como la yegua sabiamente le dijo al burro: "mijito, esto es otra cosa"... dorados, crujientes, sabrosos...nos tuvimos que tirar la porción al cachipún con el escribano, porque el Ares no come esas cosas de rotos...(facepalm) y fuimos felices nadando en colesterol, para siempre. Obvio tuvimos que ir a pasear en auto para no morir tiesos de tanta comida y cerramos el finde -como no- tomándonos un helado del porte del kilimanjaro...porque digamos que el banana split y el ponche es la única forma en que mi religión me permite comer fruta. 
Resultado del Versus...en parrilladas, sigue el Caupo siendo incomparable; pero en ambientación, vinos y postres...Corral Victoria la hace con ventaja; vamos a darle otra oportunidad yendo uno de estos días a probar los platos!!!

Aguante la comunidad de Hígado Graso de chile. No se les olvide compartir esta página para cuando el dueño de facebook vaya preso por andar vendiendo nuestros números de carneses, nos indemnice y con la plata nos vayamos de gira a comer a sus ciudades! 

A todos los liños los quiero mucho! 

CORRAL VICTORIA - VINO PROPIO
CAUPOLICÁN - Parrillada de Campo
CORRAL VICTORIA - Parrillada
CAUPOLICÁN - Pebre

CAUPOLICÁN - Viña no me acuerdo, dos botellas. 
CAUPOLICÁN - Parrillada



CORRAL VICTORIA - Mesa no somos dignos

jueves, 5 de abril de 2018

LA COCINA DE RAMSÉS


LUGAR: LA COCINA DE RAMSÉS

UBICACIÓN: 1 Sur # 499
DAÑOS: $ 20.000 p/p.
ESPECIALIDAD: Comida Peruana.



"Mirá lo que te hago"
https://www.youtube.com/watch?v=Ss5MsRNFvjk


"Una cosa es ser optimista. Otra cosa es ser imbécil." 


Grandiosas tardes gorditos míos queridos. Desde esta otoñal y melancólica mesa les escribe su hermana en las calorías con la esperanza de poder poner en valor el sacrificio que tengo que hacer semana a semana, para convencer a mis patrocinadores de invitarme a comer y contarme sus más sucios secretos para entretenerlos a ustedes, fieles y querendones lectores.

La partida del verano es un momento complejo del año. Resulta deplorable pensar que ese lindo clóset colorinche, salidas por doquier y las mini de rigor, serán cambiadas en cuestión de días, por los montgomery pasados a naftalina y esas noches eternas en que solo nos queda arriesgar la vida contra el scaldassono o salir a mearte de frío en las mesas de aluminio de un bar, para conservar la sangre caliente, más que sea. 

Sabido es que odio el invierno, odio las nubes, el frío, el viento, los truenos, la escarcha y todas esas malas costumbres de colono glorioso. Me revienta tener que salir con un vaso de agua en la mañana a desescarchar el parabrisas y más me da el odio cuando llego a la casa y la penki empieza a sonar porque al momento de sacarme los zapatos se le ocurre acordarse que se le acabó la parafina.  

Porque sabrán ustedes gorditos, que el invierno de mierda no solo daña la piel, sino que también los ánimos. Los ociosos de los psicólogos insisten en que la tasa de suicidio es mayor en primavera, pero esta noche los conmino a que piensen que si no hay tanto suicidio en invierno no es porque falten ganas, es porque por la chucha que da paja hasta sacar la mano de la cama pa poder resolver la relación con este valle de lágrimas, de una vez por todas. Pero, como no todo es drama en la vida, lo único que salva las pasiones en esta ciudad macabra cuando se congela, es la comidita. Un plato de cazuela de vacuno hirviendo o unos porotos con riendas levantan a más muertos que el sildenafil. Así que yo, me pongo optimista porque ya se que me quitaré las ganas de convertirme en oso e hibernar con la pura fe en engordar los ocho kilos que obvio voy a estar tratando de bajar después del dieciocho. (facepalm) 

En mi corta experiencia en el recorrido por este planeta -y aquí ahora desconéctense los nutricionistas- la panacea de la comida rompehielo consiste en mezclar carbohidratos con proteínas y para que no haga bulto tragárselo con dos pisco sour o una botella de vino. Personalmente creo que  mi parte "subeanacerconmigohermanos" me empuja a reconocer que los hermanos peruanos, si señorita si, son los que hicieron el mejor upgrade de esa mezcla y le pusieron al menos dos carbohidratos y dos proteínas distintas, por plato ... por ello me decidí a pedirle a escribano que se manifestara con una maldición gitana tomai el lunes tomai toda la semana y que nos llevara a taquillar a la cocina de Ramsés. 

Confieso que en mi limitado criterio, cuando yo supe de ese nombre pensé que por fin nos íbamos a encontrar en talca con un restaurante de comida egipcia, pero nones... lo único medio cleopátrico es un par de viejas momias que he visto circulando por allí, porque digamos las cosas por su nombre, la cosa le lleva precios que no son de picadas (aunque la calidad lo compensa con creces...hay que decirlo). Elegimos concentrados en probar cosas diferentes, pero obvio...el Escribano con Ares pidieron platos prohibidos (con camarones y salmón); no puedo decir nada excepto que venían con una concha prendida en fuegos y que no dejaron ni el plato bueno asi que rico debe haber estado. El Baradit, como también lee el blog, se pidió algo que pudiera comer yo y se tiró con un lomo saltado; otro que se comió la olla y no habló nada durante toda la comida puro pololeando con ese arroz con papas fritas -digamos que el Ares tampoco prestó mucho el micrófono asi que o se comía o se comía-. Por mi parte, esta predicadora de las cucharas se fue de cabeza a un risotto con dos carnes. Asado de tira y filete. El risotto era de setas, estaba te diré que S-O-Ñ-A-O-W-E-O-N-O-H. Joya....más encima con un corte de filete que era una poesía mística sacramental y el asado de tira al que se le salía el hueso con soplarlo... Yo de verdad quiero pedir un minuto de alabanza y gloria para el Señor Ramsés....porque estaba de enmarcar ese platito y llevarlo en el corazón paparasiempre, un hombre que cocina así, un lunes en la noche, a cuatro clientes pegotes que no se van aunque las sillas las dentren o suban o barran, es un santo varón. 


Las mesas de afuera están la raja pal verano, o pal invierno abrigados y poder fumar y comer todos de el. Aparte de la comida delicia y extremadamente bien presentada, el piso sour es una belleza y es peruano, si señorita... El Señor Ramsés se ha ganado los cinco jumbitos de este blog con total holgura. Y tan así es, que desde hoy pensaré en entregar pirámides de oro. Ra, Orus y todos los emoji de los egipcios aplauden de pie. Te pasaste, campeón!
Hermanos mios, hagan la vaca y vaigan...se acordarán de mi. 

A todos los liños los quiero mucho. ayashao.


Risotto de la felicidad

Lomo saltado del amor

Pescado prohibido de escribano