lugar: "Cocinería Myriam Mercado de Talca"
ubicación: 4 Oriente entre 1sur y 1 norte.
especialidad: Colaciones.
daños per cápita: $ 2.800.- (Colaciones)
si puede...escuche esto mientras lee...
Que pena me da! (haga click aquí porfaors)
Yo, Lorena te recibo a ti Blogcito como esposo, y prometo serte fiel en lo favorable y en lo adverso...
Puta, me carga tener que escribir este comentario. Debe haber sido un mal día. O elegimos mal el lugar.
Me preparé para hoy, corbata incluida, pues decidí que en un acto chovinista, la semana del dieciocho iba a irme el miércoles a comer a una de las cocinerías del Mercado Central de Talca.
(Probablemente, el alcalde, con las ganas que ha tenido de conservar el mercado, vaya a darme un par de me gusta, porque lo que vengo a contar hoy es triste.)
No pretendan condenar a este negocio por mi experiencia de hoy, de hecho la mala cuea que tuve es particular a un plato y lo bueno es que les hablaré de dos.
Dada mi emoción patriótica me dispuse a entrar al mercado con la ilusión de un plato exquisito de cazuela. Andaba al lado de una vegetarianacomepescados y resultaba óptimo porque en ese sitio hacen gala de tener pescado frito todos los días.
Para no elegir dateadas, hice que compañera me dijera un número al azar. Me contestó 4 (supongo que mucho tiene que ver con su georeferenciación al momento del amors, pero eso es solo una tincada mía...) y partiendo desde la cuatro oriente, avanzamos hasta la cocinería número cuatro. Iba todo bien, la señora que atiende es como la mamá de uno; me senté bien ordenadita, con mi corbata reluciente a esperar el humeante plato de cazuela que venía programando desde la semana pasada.
Llegó y era hermoso. Miren la foto. El problema fue al probarlo. El caldo, era caldo de paila marina. Yo no se si por contaminación cruzada, o porque alguien erró de cucharón pero, el sabor a mar me atacó. Sabido es por quienes me conocen que por disposición legal suprema no como NADA que tenga que ver con el mar, excepto pescados, y que, convenientemente, puedo detectar mariscos o crustáceos incluso por olfato. Ergo, dejé mi experiencia cazuela hasta ahí. Mi compañera de cata ese día, ratificó lo mismo, no era mi imaginación, la cazuela, era cazuela de vacuno a la marinera.
El consejo para el lugar está demás. No use los mismos implementos. La contaminación cruzada es cuática, incluso en sabor.
Del otro plato, solo maravillas; pescado frito con puré. El pescado, sin exceso de batido, frito en el momento y con corteza crujiente y bien aliñada. El puré, absolutamente casero, totalmente recomendable. Las ensaladas impecables y aliñadas a la mesa.
Como no había postre, partí a la papa a comer cheesecake de frutos rojos. Otro planeta.
Por supuesto, olvidé el mal rato con frutillas, ni un mal rato que no pase con el postre.
Mixta opinión. Jumbitos para la papa. Todos los de cencosud.
A cuenta para la Myriam, mitimota.
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