miércoles, 18 de marzo de 2020

Leche asada.

Laurel y Hardy

- Doctora ¡¡¡moriremos de esta pandemia!!!. 
- No señora, el COVID19 casi no mata. 
- Doctora, me refiero a la pandemia de aweonaos. 
- Ahhh...de seguro de esa pandemia, si. 


Ya pueeee, déntrensen.


Mis queridos regordetes.  ¿Como andan hoy? Me imagino que ya terminaron de emparejar todos los calcetines guachos de la familia, sacar las telarañas de los dinteles -palabra muy fina que me enseñó ayer el éste- y decidir que la Marie Kondo es una weona muy sin vida y como yo,  llegaron a la etapa de ordenar la ropa culiá que quedó en una montaña gigante que me hace pensar que sería más fácil y barato instalar un teleférico pa' pasear en estos tiempos de aburrición, que ordenar ese everest de porquerías que ya ni me caben en la cuerpa. Los que no me conocen, podrán imaginarse que muy suavecito no hablo, y si han visto a la señora Kondo, se imaginarán que al cuarto chaleco ya empecé con los quince minutos sin censura y mi sultana ya está lista pa ser relacionadora pública de burdel con todo lo que ha aprendido del vocabulario de su santa madre. 

Como soy pañuelo verde foreva, ante tan dantesco escenario mejor aborté misión y me fuí a buscar algo pa comer. Obvio, no encontré nada hecho, porque mi heredera entendió que cuarentena es apocalipsis y barrió con todo, así que antes de empezar a echarle el diente a la Tónica, que muy bonita será pero es un bonsai de perro, me mandé la creatividad y decidí ser una madre de familia decente y esperar al hombre con un postre para que me perdone por vaciarle el lysoform en la puerta cada día que llega del templo de la labors, sabiendo que eso sirve menos que mascarilla de mimbre, junto con hacerlo lavarse las manos al son de Hit me baby one more time... porque es la única mierda de más de treinta segundos que me se, y todo porque obvio que no soy paranoica y aun no creo que soy brad pitt en guerra mundial Z. y Ahora si que me van a patear y me voy a morir sola. Así que porfaor pónganle el cierre por dentro a la bolsa pa cuando me entierren.

So, para prevenir estos problemas, conocimiento ancestral de mi abuelita y póngale leche asada. (hágase mujer, y dele con todos los sellos, con tagatosa debe quedar parecida, pero no lo he probado. Si le resulta, me avisa pq la sociedad de diabéticos  de chile me tiene a dos publicaciones de la demanda)

INGREDIENTES: 

- 1 y 1/2 taza de azúcar
- 3 Cucharadas de agua
- 1 cucharadita de esencia de vainilla
- 1 Litro de leche
- 7 huevos



Precaliente su horno a 180º. Mientras tanto se calienta -el horno, no sea golos@- cocine el agua con 1/2 taza de azúcar en la fuente en que preparará el postre hasta que caramelice. 

Batir los huevos con 1 taza de azúcar, la leche, vainilla y mezclar bien. Vaciar esta mezcla en el molde en que tiene el caramelo listo. 

Llevar al horno hasta que se haya formado una capa dorada sobre el postre. (40 minutos aprox.)
Servir bien frío. 




Bueno mis glotones, nos leemos mañana. 

Seguiré en mi cuarentena buscando actividades para que esta familia no termine en parricidio. 


Abrazos y déntrensen bebecitos. 



Postre del perdónamelo.




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